Los piojos recogidos por los niños en las escuelas van viajando de cabeza en cabeza de familiares y amigos. Después del realizar un correcto tratamiento llega el momento de comprobar el resultado.
Pasé por la habitación donde estaban realizando la operación y observé la luz que tenía la escena, así que sin decir nada saqué la cámara y les dispare una primera foto pillándolas de sorpresa. Las dejé tranquilas pero al rato volví y tiré la segunda y lo mismo hice con la tercera.
Disparar más empezaba a resultar peligroso así que me conformé con estas tres imágenes.